Figura 1. Trucha Arcoíris con lesiones en pedúnculo y cola.

Tenacibaculosis en Peces – Hallazgos Macroscópicos

Tenacibaculosis es principalmente una infección de la piel que causa dermatitis ulcerativa en una variedad de especies comercialmente importantes en todo el mundo.

Figura 1. Trucha Arcoíris con lesiones en pedúnculo y cola.
Figura 1. Trucha Arcoíris con lesiones en pedúnculo y cola.

Tres especies pertenecientes al género Tenacibaculum se han asociado con la enfermedad: T. dicentrarchi, T. finnmarkense y T. maritimum. Estas bacterias son todas Gram-negativas y filamentosas. En peces marinos, el aislado más común es T. maritimum.

Figura 2. Salmón Coho con lesiones en cola y pedúnculo causados por T. dicentrarchi.
Figura 2. Salmón Coho con lesiones en cola y pedúnculo causados por T. dicentrarchi.








Dependiendo de la especie y edad de los peces, existe una variación en los signos patológicos externos de la enfermedad.

Figura 3. Tenacibaculosis en congrio colorado con lesiones ulcerativas en cara, boca y cabeza.
Figura 3. Tenacibaculosis en congrio colorado con lesiones ulcerativas en cara, boca y cabeza.





Diferentes nombres se han utilizado para esta dermatitis ulcerativa, entre ellos, enfermedad columnar del agua salada, enfermedad de bacterias deslizantes en peces marinos, estomatitis bacteriana, síndrome de la boca erosionada y necrosis de manchas negras (black patch necrosis – BPN).

Figura 4. Congrio colorado. Este es el mismo pez de la figura 3 desde otro punto de vista. Nótese la pérdida de integridad del tejido de la boca y cara.
Figura 4. Congrio colorado. Este es el mismo pez de la figura 3 desde otro punto de vista. Nótese la pérdida de integridad del tejido de boca y cara.





Los peces afectados pueden presentar erosiones en la boca, aletas deshilachadas, pudrición de la cola o parches necróticos oscuros característicos en la superficie de la piel.

Figura 5. Salmón del Atlántico con Tenacibaculosis. Nótese las lesiones ulcerativas en pedúnculo (Imagen cortesía de Pedro Ilardi)
Figura 5. Salmón del Atlántico con Tenacibaculosis. Nótese las lesiones ulcerativas en pedúnculo (Imagen cortesía de Pedro Ilardi)









Las lesiones de la piel a menudo son hemorrágicas y están rodeadas por una zona más amplia de dermis oscurecida que representan melanocitos dérmicos activados.

Figura 6. Trucha Arcoíris en agua de mar con Tenacibaculosis. Nótese las severas lesiones ulcerativas en la cabeza.
Figura 6. Trucha Arcoíris en agua de mar con Tenacibaculosis. Nótese las severas lesiones ulcerativas en la cabeza.




La erosión epidermal con placas bacterianas asociadas, a menudo progresan a una leve inflamación en el bolsillo de la escama, con edema y frecuente pérdida de escamas seguida de erosión en todo el espesor de la epidermis y ulceración hemorrágica; estas últimas lesiones pueden tener un borde o aro blanco prominente de colágeno expuesto.

Figura 7. Salmón Chinook con infección por Tenacibaculum sp. Nótese las lesiones ulcerativas en flanco con exposición del músculo y presencia de aletas deshilachadas. (Imagen cortesía de César López).
Figura 7. Salmón Chinook con infección por Tenacibaculum sp. Nótese las lesiones ulcerativas en flanco con exposición del músculo y presencia de aletas deshilachadas. (Imagen cortesía de César López).









Las lesiones en la cabeza a menudo involucran la boca e incluyen placas bacterianas focales amarillas en el paladar y la base de los dientes.

Figura 8. Salmón Chinook con severa pudrición de la cola causada por infección con Tenacibaculum (SW). Este es el mismo pez de la figura 7 (Imagen cortesía de César López)
Figura 8. Salmón Chinook con severa pudrición de la cola causada por infección con Tenacibaculum (SW). Este es el mismo pez de la figura 7 (Imagen cortesía de César López)





Las lesiones pueden variar desde pequeñas y apenas visibles hasta múltiples y en forma de placa, con erosión de la mandíbula superior y/o inferior en casos severos.

Incluso las lesiones pequeñas pueden ser significativas, ya que estas bacterias son altamente toxigénicas y pueden tener profundas consecuencias sistémicas.

Figura 9: Salmón del Atlántico con estomatitis necrotizante focal causada por T. maritimum. Nótese las placas distintivas de pigmentación amarilla a menudo presentes en los bordes de estas lesiones.
Figura 9: Salmón del Atlántico con estomatitis necrotizante focal causada por T. maritimum. Nótese las placas distintivas de pigmentación amarilla a menudo presentes en los bordes de estas lesiones.





En brotes severos, se puede encontrar erosión hacia el cráneo, con exposición del hueso. Las lesiones internas incluyen ascitis, palidez y tumefacción del hígado, bazo y estómago. La presentación puede sugerir toxemia.

Figura 10: Dermatitis ulcerativa severa en halibut de cultivo, asociado con bacterias filamentosas, probablemente T. maritimum. La lesión es de color amarillo brillante, debido a la bacteria.
Figura 10: Dermatitis ulcerativa severa en halibut de cultivo, asociado con bacterias filamentosas, probablemente T. maritimum. La lesión es de color amarillo brillante, debido a la bacteria.








Las lesiones en branquias se pueden encontrar en cualquier lugar, incluidos los arcos branquiales, pero generalmente están restringidas a laminillas y filamentos e incluyen necrosis severa e incluso infarto.

Figura 11: Severa dermatitis ulcerativa de espesor completo en halibut de cultivo asociada con bacterias filamentosas, probablemente T. maritimum. La lesión está bordeada por un amarillo brillante, debido a la bacteria.
Figura 11: Dermatitis ulcerativa severa de espesor completo en halibut de cultivo asociada con bacterias filamentosas, probablemente T. maritimum. La lesión está bordeada por un amarillo brillante, debido a la bacteria.







Se ha demostrado que algunas medusas transportan la bacteria y se ha sugerido que pueden actuar como reservorios de infección e incluso vectores, especialmente aquellas especies de medusas lo suficientemente pequeñas como para pasar a través de la malla de las redes, y por lo tanto, también estar presentes en el agua que pasa a través las branquias.

Figura 12: Severa dermatitis ulcerativa en una lubina alojada en acuario,  asociada con bacterias filamentosas, probablemente Tenacibaculum sp.
Figura 12: Dermatitis ulcerativa severa en una lubina alojada en acuario, asociada con bacterias filamentosas, probablemente Tenacibaculum sp.





La relación precisa entre las bacterias y las medusas no está clara; ¿Son patógenos de las medusas o están presentes en una capacidad simbiótica o comensal?

Figura 13: Severa dermatitis ulcerativa crónica en el salmón del Atlántico causada por T. maritimum. Nótese el borde blanco prominente de colágeno.
Figura 13: Severa dermatitis ulcerativa crónica en el salmón del Atlántico causada por T. maritimum. Nótese el borde blanco prominente de colágeno.
Figura 14: Extensa dermatitis tipo placa en el salmón del Atlántico; el color amarillo se debe exclusivamente a la presencia de grandes placas de bacterias pigmentadas amarillas y filamentosas.
Figura 14: Extensa dermatitis tipo placa en salmón del Atlántico; el color amarillo se debe exclusivamente a la presencia de grandes placas de bacterias pigmentadas amarillas y filamentosas.
























REFERENCIAS

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